"Le dije a Obama: No comprendes la cultura egipcia y lo que sucedería si lo dejo ahora"
Estas fueran las palabras de Hosni Mubarak a la periodista norteamericana Christiane Amanpour de la cadena de televisión ABC, cuando se le pregunto si renunciaría a su cargo. Estas declaraciones del dictador africano reflejan claramente la injerencia que tuvo Estados Unidos para colocarlo y mantenerlo en el poder durante 30 años, ahora ante la presión internacional, el gobierno de Obama exige la dimisión del funcionario egipcio pero esté, se niega esperando que la guerra sucia que ha ejercido contra los manifestantes que exigen su renuncia, rinda frutos y pueda mantenerse en el poder hasta septiembre con la esperanza de colocar a uno de sus allegados al mando.
Después de más de una semana de protestas masivas en las principales ciudades del país africano, Mubarak aún se mantiene en el poder, durante ese periodo la policía ha asesinado a más de un centenar de personas, herido a miles más y encarcelado incluso a periodistas. Uno de los hechos que salta a la vista es la cobertura que los diferentes medios de información masiva hacen del asunto, medios como El País, las cadenas de televisión BBC y CNN que eran las encargadas de criminalizar los movimientos populares, acusándolos de vándalos y alborotadores, están jugando un papel fundamental en la mitificación de estas revueltas populares.
Esto se explica fácilmente ya que los medios han manipulado la información para caracterizar a las revueltas como movimientos “democráticos” los cuales solo buscan al alternancia en el poder, quitándoles por completo su carácter revolucionario, el cual pugna por la trasformación radical de las condiciones en las cuales vive el pueblo egipcio.
Lo que no dicen estos medios de información masiva, es que el imperio pretende instalar en el poder nuevos títeres que calmen temporalmente la rabia de esta población y, al mismo tiempo, dar un lavado de imagen a un sistemas político caduco para tacharlo como “democrático”, es decir, cambiar algunas cosas para que todo siga igual.
De esta manera se pretende borrar todo vestigio revolucionario la insurrección popular en Egipto, las cuales han demostrado que no se conformaran con la dimisión del presidente en el poder, sino que lucharan por una transformación radical de sus condiciones de vida, en Túnez por ejemplo, la huelga general y la ocupación de edificios públicos demuestra que con la dimisión de Ben Alí y la conformación de un gobierno de transición los pobladores no se conforman: quieren una renovación profunda de la política, el tiempo dirá si esa modificación también será económica y social.
En estos momentos los manifestantes siguen en la plaza de Tahrir, han recuperado el internet, pero no duermen, permanecen alertas ante la presencia de los “escuadrones de la muerte” egipcios, personas encapuchadas que a caballo o camello pretender reventar las protestas en la plaza principal del Cairo, situación no muy alejada de un Oaxaca en el año 2006.
ALUCINANDO: El embajador de Egipto en México le pidió a los medios mexicanos que no fueran tan exagerados, el dijo: “solo son dos millones de personas protestando por la salida del presidente Mubarak, no hay que ser tan exagerados”.
Mexicanos, debemos darnos prisa, porque con la guerra de Calderón estamos quedando cada vez más pocos, no vaya ser que cuando nos levantemos a protestar unas 100 millones de personas, los embajadores mexicanos en otros países le digan a los medios que solo quedamos puros narcos.
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