La clase dominante y el gobierno ofenden al pueblo sin miramientos y violentan sus derechos. Quitar a los pobres para darlo todo a los ricos, sobre todo si son extranjeros, ésta es la divisa de los gobiernos neoliberales, que han cumplido con esmero Salinas, Zedillo y Fox, y más que otros, el actual, de Felipe Calderón, el peor de todos, el más entreguista, el más patronal y el más canalla de todos.
Los actos más recientes de una larguísima lista de atropellos se han orquestado contra los trabajadores mineros y electricistas. A los mineros Cananea, el lugar de la heroica huelga de 1906, antecedente directo y uno de los detonadores de la Revolución de 1910, las autoridades hoy les desconocen una huelga justa, los despiden sin respeto a sus derechos y los amenazan con la represión sangrienta y brutal, otra vez como en la dictadura de Porfirio Díaz. Y a los electricistas del SME, sindicato con 95 años de luchas siempre del lado del pueblo y de la justicia, por eso precisamente los quieren desaparecer de la vida nacional.
Justo el 16 de marzo a las 12 horas, el Sindicato Mexicano de Electricistas tiene el derecho de realizar la huelga, porque es la fecha y la hora en que históricamente lo ha hecho; sus derechos permanecen, porque a pesar de las burdas maniobras del gobierno para destruirlo, su materia de trabajo subsiste; la disolución de Luz y Fuerza del Centro por decreto presidencial, que pretendió el gobierno, al trasladar las funciones de esa empresa a la Comisión Federal de Electricidad, conforme a derecho convierte a ésta automáticamente en patrón substituto.
Esta batalla popular del 16 de marzo, a la que se ha dado el simbólico nombre de Huelga Política Nacional, pleno de evocaciones, debe tener como objetivo principal apoyar de manera solidaria y firme a los trabajadores de esas dos ramas, los mineros, sobre todo los de Cananea, y los electricistas del SME, porque contra ellos centran la clase dominante y el gobierno hoy su agresión, que en el fondo es contra todos los trabajadores y contra todos el pueblo, por eso su lucha es nuestra lucha, de todos; porque sus demandas son justas; porque son nuestros hermanos de clase y porque ellos también son y han sido solidarios con todos los demás trabajadores y todas sus luchas legítimas. En resumen, por que divididos nos golpearán todavía más y en cambio unidos seremos invencibles.
Esta batalla popular del 16 de marzo deber servir para fortalecer la unidad que el pueblo ha venido edificando; para elevar su conciencia y capacidad de lucha; para avanzar en el proceso de construcción de los instrumentos de los que hoy todavía carece, suyos, del pueblo, para cambiar las condiciones injustas que prevalecen, y convertirse al fin en el dueño de su propio destino.
¡Todos a la movilización popular, a la gran batalla del 16 de marzo contra la clase dominante y el gobierno espurio!
¡Todos a la solidaridad con el SME y con los mineros de Cananea!
¡Todos a mostrar al gobierno que la soberanía radica en el pueblo, como lo reconoce la Constitución vigente y el gobierno se niega a aceptar!
¡Viva la unidad popular! ¡Viva la clase trabajadora!
¡Fuera Calderón! ¡Fuera los neoliberales todos!
¡SON ELLOS O SOMOS NOSOTROS!
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